El entusiasmo no es una cualidad que se construye o que se desarrolla. Es un estado de fe, de afirmación de sí mismo. La persona entusiasta es aquella que cree en su capacidad de transformar las cosas, cree en sí misma, cree en los demás, cree en la fuerza que tiene para transformar el mundo y su propia realidad. Está impulsada a actuar en el mundo, a transformarlo, movida por la fuerza y la certeza en sus acciones.
Después de su definición, el entusiasmo nos ayuda a superarnos y a saber esperar que de nuestros sacrificios se obtengan beneficios, nos permite avanzar en el camino que trazamos día a día y nos hace ver que tenemos fuerza para poder alcanzar lo que nos propongamos. Ser entusiasta nos ayuda también a ser más optimista, alegre i a ver la vida de distinta manera a como la vería una persona la cual no se siente motivada por nada, con lo cual nos ayuda en la incesante tarea de ser felices.
En definitiva, una persona entusiasta i sin prejuicios es una persona que tendrá éxito en su vida i que, gracias a realizar todo lo que se proponga, se sentirá llena i satisfecha.
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